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Cuando creas que no elegiste la profesión correcta, piensa en esto

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Hace como un par de años tuve un brutal crush con una canción de los 80’s de Ducan Dhu que se llama “En algún lugar”. Muy probablemente ya la habrás escuchado, pero yo recién me hice fan en el 2018, a tal grado que estuvo en mis primeras 3 canciones más escuchadas en la lista que te hace Spotify todos los años. ¿La razón? La letra… es bellísima y no me había detenido a escucharla a detalle antes. Y este verso de la canción es increíblemente profundo:

“En la sombra mueren genios sin saber de su magia concebida, sin pedirlo, mucho tiempo antes de nacer” 

A mí me cayó como anillo al dedo y desde entonces es parte de mi filosofía de vida. Llevaba ya 5 años trabajando en algo para lo que no había estudiado, constantemente me resultaba incómodo, y hasta vergonzoso, pensar que había invertido 4.5 años de mi vida estudiando algo que no estoy aplicando. Fue gracias a esta canción y a una biografía de Leonardo Da Vinci que estaba leyendo en ese momento las que cambiaron la perspectiva de mi vida.

Ni yo sé por qué leí la biografía pero qué bueno que lo hice, era uno de esos libros viejos que estaban en el librero de la casa y pareció buena idea echarle una ojeada.

¿Qué onda con la rola de Ducan Dhu y Leonardo?

Un shot brevísimo de cultura:

Leonardo nació por una travesura de su papá. Su padre era comerciante de renombre y se enredó con una mujer del campo, lo que derivó en un hijo fuera de matrimonio. Este hecho en su vida es clave. En aquellos tiempos si nacías en un gremio en particular, el del comercio en caso de Leonardo, nacías y te morías en ese gremio. O sea que si tu papá era leñador, las probabilidades de que tú fueras leñador de grande eran de un 90%, el otro 10% era que te murieras joven por alguna enfermedad de aquellos tiempos (broma).

Como Leonardo era ilegítimo, tuvo la “libertad” de aprender lo que quisiera. Ser pintor, arquitecto, escritor, filósofo, anatomista o tortuga ninja fue posible ya que a nadie le importaba si se moría de hambre por tomar la decisión que quisiera. No tenía la obligación de convertirse en comerciante como su padre. Al final, Leonardo fue un intelectual polifacético que nunca paró de cultivarse y probar nuevas cosas.

¿Qué hubiera pasado si Leonardo hubiera sido un hijo en regla y hubiera sido comerciante? Hubiéramos escuchado la canción de Ducan Dhu sin saber que un genio murió en la sombra pudiendo ser un gran artista del renacimiento.

La vida es una cárcel con las puertas abiertas – Andrés Calamaro

Por fortuna para nosotros, no nacimos en tiempos donde nuestro destino esté sellado. Es cierto que existe cierta inclinación a que nos dediquemos a lo que se dedican nuestros padres pero no es una sentencia de vida. Tenemos la oportunidad de ser tan polifacéticos como queramos hasta encontrar eso que de verdad nos llena, nos apasiona y nos pone bien intensos.

Desde mi perspectiva, se vale decir sin remordimiento que no elegiste la carrera correcta. Por lo general uno tiene unos 18 años cuando elige la carrera, cuando me pongo a pensar en mi yo de 18 años hasta lo quiero zapear. ¿Por qué dejamos que nuestro yo adolescente decida lo que vamos a hacer para siempre?

En promedio creo que nuestra esperanza de vida es de unos 80 años más o menos. ¿Por qué dejamos que 4.5 años de nuestras vidas dicten sentencia para lo que nos vamos a dedicar? ¿Por qué no nos sentimos capaces de aprender disciplinas totalmente diferentes?

Pilotea pasiones hasta encontrar lo tuyo

No importa la edad que tengas, gracias a Don Internet tenemos la posibilidad de investigar y aprender de lo que queramos. Puedes tomar clases de guitarra, dibujo, escritura, ingeniaría, diseño, física, biología y lo que tú quieras. Existen miles de plataformas como Udemy en donde puedes encontrar todo tipo de cursos y muy baratos.

Y sí, está la creencia de que la educación en línea no es lo mismo que de manera presencial. Pero cuando uno forma disciplina respecto a aprendizaje te sorprenderá todo lo que puedas aprender con sólo invertir unos pocos pesos. No podemos limitarnos a meternos a cursos presenciales para lo que sea que queramos aprender, y menos ahora con la normalidad que se viene gracias a la pandemia.

La otra vez un amigo me contó que estaba considerando meterse a un Bootcamp de esos que te hacen desarrollador web desde cero en 3 meses y el costo es de unos $3,500 USD. Él no tenía idea de desarrollo y tecnología pero la idea sonaba muy atractiva. Mi consejo fue: cómprate un par de cursos de desarrollo de esos de $10 USD, y si sientes que sí te gusta, te vas a un nivel más pro metiéndote a ese Bootcamp. Al final no le gustó el desarrollo y perdió $20 USD y algunas horas en lugar de $3,500 USD.

Apliquemos lo mismo, no sintamos miedo de aprender cosas que jamás creíamos que podríamos hacer. Investiga y lee mucho respecto a las cosas que te llamen la atención. No importa que seas un abogado, siempre tendrás cabeza para aprender a tocar el piano. Nunca sabrás si cocinar pasteles te va a gustar más que hacer un estado de resultados si nunca lo intentas.

Pilotea hasta cuando, desde el corazón, puedas cambiar en tu vida la palabra “interés” por “compromiso”. Por ejemplo:

“Estoy interesado en el dibujo” vs “Estoy comprometido con el dibujo”

 

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