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Hace exactamente 3 meses comencé con la práctica que te contaré a continuación y logré leer 12 libros, en promedio uno por semana. Más de los que había leído en los últimos 3 años yo creo, sin miedo a la vergüenza. Te cuento esto no para hacerme el intelectual y hablarte desde la cima del conocimiento, sino para contarte cómo pude hacerlo y cómo cualquiera podría hacerlo.
Te adelanto que no tengo una habilidad para leer a súper velocidad ni utilizo técnicas de “lectura rápida” que tanto enganchan a la gente. Esas técnicas las intenté, y no sé si yo sea tonto, pero no me funcionaron en lo absoluto. Realmente la clave estuvo en un cambio de perspectiva y un cambio de hábitos. Si tu propósito de medio año es leer más, te va a gustar este artículo, te lo aseguro.
Cambiando la perspectiva de la lectura
¿Por qué leer?
Es bien sabido que los grandes empresarios como Bill Gates, Warren Buffet, Jeff Bezos, Elon Musk y demás, leen como mil libros al año. Solemos tener la idea de que leen tanto porque están en otro nivel intelectual, eruditos con un don particular. No soy fan (y tú tampoco deberías) de decir que alguien nació con un “don”, en este artículo hablo más del por qué. En fin, no es un secreto para nadie el hecho de que la lectura nos cultiva en cualquier ámbito. Y si estas personalidades leen tantos libros al año, no es porque fueron a algún curso de lectura rápida, sino porque llevan años logrando maestría en la lectura y adquisición de conocimiento.
En algún lugar leí que leer es como descargar el conocimiento adquirido en años de una persona y procesarlo en horas a tu cabeza. No anoté dónde leí esto porque no le di la importancia que se merecía, yo tenía la idea de que nada se comparaba con la escuela de la vida y que la experiencia es el mejor maestro. Sin duda estaba muy equivocado.
Leer te va a ayudar a salir de tu zona de confort. Salir de tu zona de confort no siempre es emprender, renunciar a tu trabajo, irte a vivir a otro lado, tomar proyectos desafiantes, etc. También es cuestionar tus ideales y valores preconcebidos, formados a lo largo de toda tu vida por tu familia, tu entorno e incluso la geografía. No quiero tocar temas sensibles, pero ¿te has puesto a pensar en cuántas personas tienen la religión que tienen por el lugar en donde nacen? No sé, tal vez si yo hubiera nacido en Arabia Saudita sería musulmán y estaría contento con eso.
Ojo, no estoy insinuando que empieces a leer la Biblia, el Corán y la Torá para ver en dónde te identificas más o si una es mejor que otra. Sólo explico mi punto de que cuestionar nuestras ideas es salir de nuestra zona de confort, y leyendo encontrarás muchas ideas que te parecerán interesantes y que jamás se te hubieran ocurrido. Cabe mencionar que es importante leer siempre con una mente abierta.
Ahora que ya tenemos instalado el driver para motivarnos y leer a lo desgraciado, hablemos del cómo leer más.
Cambiando el hábito de la lectura
leer cuando no hay tiempo
La vieja confiable para no leer es no encontrar tiempo para hacerlo. Yo creo que más que no haber tiempo, el problema es que no hay prioridad para la lectura. Por eso me clavé en explicar los motivos en la parte anterior. Porque tiempo hay y en realidad no necesitas tanto tiempo tampoco.
En promedio las personas leemos 220 palabras por minuto (hágase su test aquí), y el formato regular de un libro contiene al rededor de 361 palabras por página. Un libro de negocios normalmente contiene unas 250 páginas de texto. Generalizando, porque claramente puede variar el libro, podríamos leer un libro completo en más o menos unas 7 horas. Viéndolo así, no suena tan fatal, tomando en cuenta que tenemos 168 horas a la semana, de las cuales estamos como 112 despiertos (durmiendo 8 horas) ¿qué tanto hacemos que no podemos destinar el 6.2% de nuestras horas activas a un libro?
Hagamos una tabla de equivalencias para ponerlo interesante. Si tienes Netflix, muy probablemente habrás visto alguna de estas series:
Si seguimos pensando que no hay tiempo entonces me declaro ignorante ante la definición de tiempo.
Por su puesto que no se trata de dejar todos los placeres de esta vida y obsesionarnos con la lectura. Se trata de poner en perspectiva las decisiones que tomamos en el día a día. Deberíamos buscar el beneficio perpetuo y renunciar a algunos placeres efímeros. Ya lo he dicho en artículos anteriores y no me cansaré de decirlo.
El gran problema es que una serie de Netflix sin ningún problema te mantiene pegado al asiento por horas y con un libro es más improbable. La cuestión aquí en realidad radica en dos cosas:
- No leemos lo que queremos
- Nos causa conflicto dejar un libro incompleto
Por estas razones nos obligamos a leer libros que nos terminan aburriendo y sin ganas de leer uno más. El mejor consejo para tomar un hábito constante es leer cosas que realmente nos gustan, y si no nos atrapan desde el inicio, dejar el libro incompleto sin remordimiento. La vida es muy corta como para perder tiempo leyendo libros que no nos aportan nada.
Encontrando libros que nos atrapen es cuando veremos la diferencia.
Con los cálculos que hicimos, con 15 minutos diarios de lectura (sin falta y sin distracciones), estarías leyendo como 12 libros al año. Mucho más que la media mexicana.
Espero que este artículo te sea de ayuda para leer más y enriquecer tu vida. No hay trucos de lectura, hay trucos para cambiar nuestras ideas.
